03/09/2024
Nota Romería

“MUERTO EN ACTO DE SERVICIO EN CUMPLIMIENTO DEL DEBER” esta frase resuena en el cuartel de la Segunda Compañía “Bomba Cerrillos” del Cuerpo de Bomberos de Maipú cada vez que se pasa la lista de los que asisten a los actos del servicio, recordando a quién ofrendara su vida al juramento de ayudar a los demás, Luis Hernán Navarro Bustamante, a sus cortos 18 años, a raíz de un trágico accidente la madrugada del 23 de agosto de 1963.

A 61 años de la tragedia que enlutó los estandartes de las Compañías, la institución cumplió, una vez más, con el deber de recordar su ejemplo con una Romería y la colocación de ofrendas florales junto a la placa levantada en su memoria en el frontis del cuartel que lo acogió como bombero.

La ceremonia estuvo encabezada por el Superintendente, Fernando Molina García, contando con la participación de la Alcaldesa de Cerrillos, Lorena Facuse Rojas, Oficiales Generales de la institución, oficiales y bomberas y bomberos de las nueve compañías que finalizaron la ceremonia con un desfile junto al material mayor de la institución.

Para realzar el ejemplo del joven mártir, hizo uso de la palabra un representante del Circulo de Ex Voluntarios de la Segunda Compañía, mientras que uno de los voluntarios de la Segunda Compañía se refirió a algunos pasajes de la hoja de vida del malogrado bombero, en la que, debido a su corta edad y poca experiencia, no alcanzó a inscribir cargos entre la oficialidad.

En el sexagésimo primer aniversario de la inmolación en acto de servicio del Voluntario Mártir de Segunda Compañía, Don Luis Hernán Navarro Bustamante (Q.E.P.D.), el Cuerpo de Bomberos de Maipú, confirma que el legado que nos ha dejado es de entregar con el corazón todo lo que podamos, sin mirar a quien, porque su trabajo no finalizó aquel fatídico  23 de agosto de 1963, solamente cambió y desde entonces es su tarea la de guiar a los jóvenes bomberos y de protegernos ante la adversidad de las emergencias.

Entre las imágenes históricas recordamos la concurrida y emotiva misa de funeral que se llevó a cabo en el Templo Votivo de Maipú, en ese tiempo en plena construcción, y que fue oficiada por el Cura Párroco de Maipú, Pbro. Alfonso Alvarado Manrique.